domingo, 21 de septiembre de 2008

La Memoria

“… Cuando me viene al recuerdo la funesta imagen de aquella
noche, mis últimos momentos transcurridos en Roma; cuando recuerdo la noche que
abandone tantos seres queridos; todavía ahora se me escurren las lágrimas de los ojos.” Ovidio

La memoria es una cosa subjetiva, individual. La memoria, del que hablan, es la memoria como testimonio, traer a la actualidad nuestras experiencias pasadas.

Memoria: volver con el corazón. Por eso es tan difícil poner las memorias en un libro; ya que no hay memoria sin olvido. Hay que volver con cuidado y no llegar a la patología de vivir en ese recuerdo. Eso sería de un enfermo mental.

La memoria está ligada a la especie del hombre. Vamos perdiendo, con el tiempo, lo vivido; por lo tanto, nuestros afectos quedan ligados a un pasado que reconstruimos mitológicamente.

La memoria es el universo en la cual construimos, como un mito, aquello que hemos perdido ya inevitablemente. Los que pretenden confundirlo como historia están locos.

“…Vagas estrellas de la osa, yo no creía volveros a
encontraros nuevamente, bajo el paterno jardín centellando”
Leopardi.
Describe el retorno al lugar paterno, no ya como niño, por lo tanto los destellos que ve nos son los que vio cuando lo fue.

Memoria, es una gracias que nos da Dios. La memoria es recuerdo de lo que hemos perdido, pero que podemos actualizar. Es algo que nos diferencian de los simios, que sin memoria, siempre empiezan de cero.
Los intelectuales modernos dicen; que memoria es traer los recuerdos, las experiencias pasadas, al pensamiento; prefiero decir, lo que decían los griegos, que la memoria es traer los pasado al corazón.

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martes, 16 de septiembre de 2008

LA AMISTAD:

Maurice Blanchot: “La amistad es algo de lo que está excluido cualquier tipo de apropiación, interés, dependencia. La amistad exige una cierta distancia, eso que hace que jamás podamos apropiarnos de aquello que el amigo es. Debemos renunciar, incluso, a conocer a aquellos a quienes algo esencial nos une. Debemos aceptarlos en la relación con lo desconocido en que nos aceptan a nosotros también en el alejamiento.” Por eso no se habla del amigo, se habla con el amigo.
Es la relación que tenia Moisés con Dios, por eso no le veía la cara. Al amigo hay que buscar en el silencio de las palabras, no hay que acompañarlo demasiado en la soledad, pero hay que estar cercano a él.
En el siglo XX no ha habido una historia, una crónica, de la amistad más bella que la que ha escrito José Bello. No se habla de la amistad, sino, se reconstruye la amistad verdadera. Hay amistad en la verdad, cuando se acepta al amigo como es.
Siglo XVI: El afecto nos llevaba uno al otro, más allá de cualquier fuerza y en nuestro primer encuentro nos encontramos tan conocidos, tan unidos el uno al otro que nunca más pudimos separarnos.


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EL AVERNO

La otra cara del infierno, lo describen en la odisea, la Eneida, la divina comedia y además el libro de Ratzinger, “Jesús de Nazaret”.
Infierno: lugar donde están los condenados.
Infiernos: lugar donde están los muertos.
Jesús baja a los infiernos para salvar a los justos.
El averno es el lugar del olvido, es el lugar donde es fácil entrar, fácil es la bajada a los infiernos; pero dar marcha atrás, esa es la empresa, esa es la fatiga, eso es aquello de lo cual no hay manera de salir.
Jesús desciende muerto, para liberar a los muertos y sale vivo. En todo caso es importante salir de los infiernos.

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El ODIO: Empequeñecimiento del alma

Para saber que es el amor tenemos que conocer el odio. Los gobernantes han instalado a esta sociedad en el odio.

Ortega y Gasset: El odio se transforma en resentimiento, el resentido es aquel que odia la madurez y prefiere lo agraz, es lo total inversión de los valores. En definitiva, cuando un hombre se siente inferior por carecer de ciertas cualidades (inteligencia, valor, etc.); pues procura indirectamente afirmarse ante su propia vista negando la excelencia de esas cualidades.
El odio es la forma limite del rechazo, la necesidad de destruir al otro. ¿Cómo funciona esto? El odio es arrebatar incluso la condición humana.

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