LO ANTIGUO: Se enriquece sin dañar

No se puede hablar de lo moderno, si no se habla de lo antiguo. ¿Qué es mejor, lo antiguo o lo moderno? Será un debate que durará siempre.

¿Qué son los antiguos? Lo que caracteriza lo antiguo es la abeja. ¿Y lo moderno? La araña. Entonces, la Abeja contra la araña. La abeja visita todas las flores, y al recoger de ellas alimento, se enriquece sin dañas por eso la belleza, el aroma o el gusto de las flores. La araña, que construye sólo para si misma, se alimenta de insectos, de moscas.

Borges, sintetiza las dos posiciones en la “Rosa de PARACELSO”:

Johannes Grisebachv: Dicen que eres capaz de quemar una rosa, reducirla en cenizas y a continuación hacerla volver una rosa perfecta. Has eso y seré para siempre tu discípulo.

Paracelso: Si necesitas constatar algo, es que no puedes nunca asistir a ello.

Johannes Grisebachv: creeré en el testimonio de mis ojos.

Paracelso lo hecha amablemente. Paracelso se quedó solo, antes de apagar la lámpara, volcó el tenue puñado de ceniza en la mano cóncava y dijo una palabra en voz baja: “La rosa resurgió”. La rosa resurge sólo en el silencio, en la sobra, en el misterio. Esos son los antiguos.

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MODERNO: ¿Una ilusión?

El término moderno es, probablemente, el que más complacientemente utilizamos todos. Moderno es aquello que es necesario realizar, lo envidiable. Con ello nos olvidamos preguntarnos, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué ilusiones estamos ocultando?

El mundo es nuevo (la modernidad) pero el río que hay que cruzar es de sangre.

Si, la libertad de los modernos, es hacer lo que nos da la gana. El peligro que corre la libertad de los modernos, podemos vivir en la pura barbarie. La libertad se puede defender si tenemos algo en común.

El paso del tiempo es necesariamente un avance a una modernidad que todo lo mejora. Eso es ser ingenuo.

La libertad de los modernos, tiene que ser compatible con la política de los antiguos, sino derivaría en el botellón en la barbarie.

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EL PERDÓN: fundamento de la civilización

El perdón es una de las bases de la civilización occidental, propuesta por el cristianismo católico. Es lo que diferencia el cristianismo de las demás religiones. No es el ojo por ojo, ni la venganza.

Nuestra civilización no se puede entender sin el concepto del perdón, que la propuso la Iglesia Católica; por ende, no se puede entender esta civilización sin sus bases católicas.

El perdón evita toda incertidumbre del futuro.
Se perdona al que ha hecho la maldad, pero la maldad si que es imperdonable.

Conozco a todos mis acusadores, día llegará el momento que vosotros
también los conozcáis. Pero en mi comportamiento habéis de encontrar ejemplo, no
por ser míos, sino porque, muy cerca de la muerte, me siento también muy próximo
a Jesucristo Nuestro Señor. Y mi comportamiento hacia mis acusadores es de
misericordia y perdón. Sea esta mi última voluntad, perdón, perdón y perdón…
Pero la indulgencia que quiero vaya acompañado por el deseo de hacerles todo
el bien posible. Así que pido que me venguéis con la venganza
del cristiano, devolviendo mucho bien a los que han intentado hacerme mucho
mal.
Bartolomé Blanco M

Para los no creyentes, el tratar de reconstruir y recomponer el pasado es el modo de inmoralidad esencial. Solo perdona realmente, quien es capaz de concebirse como sujeto embotado e indiferente.
El lenguaje del perdón es siempre diáfano cuando se habla desde los mártires. Será siempre complicado cuando hablan los filósofos. El perdón es básico para construir categorías ciudadanas, por eso existe el ciudadano cristiano.

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ENSEÑAR: Tarea sólo de Maestros.

¿Qué es lo que ha causado que en las tres últimas décadas la relación maestro – discípulo haya quedado rota?

El Maestro no era sólo aquel que enseñaba, era figura de fascinación, alguien donde se concentraba toda una tradición, no sólo se competía los saberes técnicos, sino, sobre todo a las jerarquías morales.

Este hombre decidió no vivir, sino, saber. Y de ese saber hizo vida, y sus
discípulos son la vida de ese saber.
Robert Browning.

Si no hay saber del alma, no hay saber. Enseñar es una relación dual. Educar, es otra cosa, uno solo se puede educar en el desierto. El enseñar es
¿Qué exijo yo para alguien tenga cultura?
1. Lea con tranquilidad.
2. Escuche.
3. No espere que le enseñe un recetario, eso no es un saber.

San Agustín decía: ¨Que genial es Ambrosio, es el primero que veo que lee sin mover los labios¨... Es decir, leía para si mismo.

El que sabe de hacer una cosa, lo hace; el que no sabe lo enseña…

Goethe

…El que no sabe enseñar se dedica a la pedagogía.

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La Memoria

“… Cuando me viene al recuerdo la funesta imagen de aquella
noche, mis últimos momentos transcurridos en Roma; cuando recuerdo la noche que
abandone tantos seres queridos; todavía ahora se me escurren las lágrimas de los ojos.” Ovidio

La memoria es una cosa subjetiva, individual. La memoria, del que hablan, es la memoria como testimonio, traer a la actualidad nuestras experiencias pasadas.

Memoria: volver con el corazón. Por eso es tan difícil poner las memorias en un libro; ya que no hay memoria sin olvido. Hay que volver con cuidado y no llegar a la patología de vivir en ese recuerdo. Eso sería de un enfermo mental.

La memoria está ligada a la especie del hombre. Vamos perdiendo, con el tiempo, lo vivido; por lo tanto, nuestros afectos quedan ligados a un pasado que reconstruimos mitológicamente.

La memoria es el universo en la cual construimos, como un mito, aquello que hemos perdido ya inevitablemente. Los que pretenden confundirlo como historia están locos.

“…Vagas estrellas de la osa, yo no creía volveros a
encontraros nuevamente, bajo el paterno jardín centellando”
Leopardi.

Describe el retorno al lugar paterno, no ya como niño, por lo tanto los destellos que ve nos son los que vio cuando lo fue.

Memoria, es una gracias que nos da Dios. La memoria es recuerdo de lo que hemos perdido, pero que podemos actualizar. Es algo que nos diferencian de los simios, que sin memoria, siempre empiezan de cero.

Los intelectuales modernos dicen; que memoria es traer los recuerdos, las experiencias pasadas, al pensamiento; prefiero decir, lo que decían los griegos, que la memoria es traer los pasado al corazón.

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LA AMISTAD:

Maurice Blanchot: “La amistad es algo de lo que está excluido cualquier tipo de apropiación, interés, dependencia. La amistad exige una cierta distancia, eso que hace que jamás podamos apropiarnos de aquello que el amigo es. Debemos renunciar, incluso, a conocer a aquellos a quienes algo esencial nos une. Debemos aceptarlos en la relación con lo desconocido en que nos aceptan a nosotros también en el alejamiento.” Por eso no se habla del amigo, se habla con el amigo.
Es la relación que tenia Moisés con Dios, por eso no le veía la cara. Al amigo hay que buscar en el silencio de las palabras, no hay que acompañarlo demasiado en la soledad, pero hay que estar cercano a él.
En el siglo XX no ha habido una historia, una crónica, de la amistad más bella que la que ha escrito José Bello. No se habla de la amistad, sino, se reconstruye la amistad verdadera. Hay amistad en la verdad, cuando se acepta al amigo como es.
Siglo XVI: El afecto nos llevaba uno al otro, más allá de cualquier fuerza y en nuestro primer encuentro nos encontramos tan conocidos, tan unidos el uno al otro que nunca más pudimos separarnos.

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EL AVERNO

La otra cara del infierno, lo describen en la odisea, la Eneida, la divina comedia y además el libro de Ratzinger, “Jesús de Nazaret”.
Infierno: lugar donde están los condenados.
Infiernos: lugar donde están los muertos.
Jesús baja a los infiernos para salvar a los justos.
El averno es el lugar del olvido, es el lugar donde es fácil entrar, fácil es la bajada a los infiernos; pero dar marcha atrás, esa es la empresa, esa es la fatiga, eso es aquello de lo cual no hay manera de salir.
Jesús desciende muerto, para liberar a los muertos y sale vivo. En todo caso es importante salir de los infiernos.

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